miércoles, 26 de mayo de 2010

El Sotai Japonez

El Sotai es una técnica autocurativa que no precisa medicinas ni aparatos: restablece la salud con patrones corporales de postura y movimiento correctos.
“La traducción literal del término SOTAI sería ejercicios de educación postural. Estos ejercicios favorecen la sincronización muscular y articular y ayudan al paciente a descubrir lo que hace mal con su cuerpo y corregirlo. La persona toma conciencia rápidamente de cuáles son sus movimientos erróneos y los corrige. Cuando el cuerpo recobra su movimiento natural es posible recobrar asimismo la salud perdida”. Así se expresa Arturo Valenzuela, director del instituto madrileño Shiatsu Yasuragi cuando nos explica en qué consiste la técnica médica manual Sotai cuya enseñanza imparte en España tras haber estudiado en Japón con el profesor Nipoto, discípulo del médico japonés Keizou Hashimoto (1897-1993).
 
¿Estilo japonés?

Keizou Hashimoto comenzó su práctica médica en 1933, pero sin buenos resultados con sus pacientes, sobre todo en casos de hombros rígidos y lumbago. Decidió aprender acupuntura y esto le llevó a descubrir la ley del movimiento. Así comprobó que hay movimientos corporales que fuerzan los músculos de tal forma que acaban por perjudicar la salud. Finalmente consiguió sistematizar sus hallazgos y elaboró el original sistema de Sotai que integra cuatro puntos básicos: respiración, alimento, pensamiento y movimiento.
Normalmente se piensa que con los tres primeros es suficiente para mantener la salud -respirar bien es el auténtico secreto de la vida larga, igual que el buen comer y el buen pensar son claves del equilibrio- pero para que el cuerpo dé lo mejor de sí mismo debe ser “movido” de forma natural. Los humanos somos mamíferos bípedos y no cuadrúpedos, de aquí que caminar erecto sea esencial para no desarrollar lumbalgias y otros problemas de espalda, entre otras dolencias  derivadas del uso antinatural del cuerpo.
Al oír hablar de Sotai, el lector avezado probablemente se dará cuenta de su estrecha conexión con otras técnicas de reeducación postural sumamente eficaces como las desarrolladas por Mathias Alexander o por Moses Feldenkrais, pero la ventaja de Sotai frente a éstas quizás estribe en que “la persona puede empezar a trabajar sola enseguida, sin necesidad del terapeuta. Lo importante es que se recupere lo antes posible así que debe aprender las bases y luego practicar a diario por su cuenta - explica Valenzuela-. En este sentido me gusta seguir la tónica de mi maestro Nipoto que intentó ampliar a la vez que simplificar el método de Hashimoto. Sus ejercicios son muy sencillos, pero sumamente eficaces. El cuerpo cambia nuestra postura de forma natural, sin que nos demos cuenta”.
 
Autocuración:

Los seres humanos hacemos movimientos antinaturales a lo largo de nuestra vida. Unas veces los hacemos de forma inconsciente y otras porque nuestra actividad nos obliga a ello con el consiguiente perjuicio para todo el organismo. Flexionar excesivamente la cabeza, por ejemplo, produce un recorte en la estatura, tensión en el cuello y diversos problemas de espalda y cervicales, además de disminución de la capacidad pulmonar. Por ello es fundamental reaprender a movernos de forma natural. Con Sotai no parece difícil: “Según esta técnica, para conseguir corregir la deformación o desequilibrio el cuerpo debe moverse en la dirección opuesta al dolor. De esta forma los músculos y las articulaciones se sincronizan”, asegura Valenzuela al referirse a los ejercicios de Sotai que favorecen la recuperación. Aunque al principio es conveniente la manipulación del cuerpo por el especialista, es fundamental la práctica diaria. Con sólo cinco o diez minutos es suficiente para recobrar el equilibrio postural y la salud. Es conveniente asimismo una serie de cambios en las costumbres posturales de la vida cotidiana para que el resultado sea aún más eficaz. “Se trata, en definitiva, de que cualquier actividad que desarrollemos no perjudique al cuerpo”, señala Valenzuela.
Así pues, sin máquinas ni medicinas, sin dolor y sin efectos secundarios, con la práctica regular de Sotai podemos auto curarnos numerosos trastornos, desde ansiedad o ciática hasta lumbalgias, hernias de disco o periartritis pasando por esguinces o dolores de cabeza o rodilla. Sólo hace falta un poco de disciplina para poner en marcha el proceso de autocuración. La motivación para el reaprendizaje se da por sentada. ¿Acaso no parte del dolor o la enfermedad adquiridos con frecuencia por el mal uso (con frecuencia inconsciente) de nuestro cuerpo?

EJERCICIOS DE SOTAI

SECUENCIA BÁSICA
1) Se realiza el movimiento hacia un lado y el contrario para determinar qué dirección resulta más cómoda, sin dolor.
2) Una vez determinada se realiza el movimiento en la dirección que no duele, llegando al límite pero sin rebotar.
3) Se mantiene la posición tres segundos y se relaja de golpe pero sin brusquedad y sin volver a la posición inicial: hay que dejar el cuerpo flojo, suelto.
4) Se descansa 15 ó 20 segundos y se repite el movimiento un total de tres veces.
5) Se verifica y comprueba si el movimiento que antes resultaba más incómodo de hacer resulta ahora menos doloroso. Esto se efectúa suavemente y una sola vez, y luego se pasa al ejercicio siguiente.

ANTES DE LEVANTARSE

Para aprender estos ejercicios conviene revisar en qué consiste la secuencia básica.
1) Tumbados boca arriba, con los brazos a lo largo del cuerpo y las piernas estiradas, empujamos con el talón de una de nuestras piernas en dirección a los pies de la cama, estirándola lo máximo posible. Después haremos lo mismo con la otra pierna. Con la pierna cuyo movimiento sea más cómodo realizaremos el ejercicio siguiendo la secuencia básica
2) Tumbados boca arriba, las manos sobre el vientre y las piernas flexionadas (plantas de los pies apoyadas en el colchón) levantaremos la punta de ambos pies dejando que los talones sigan apoyados en el colchón. Procuraremos que el movimiento llegue hasta el límite y realizaremos el ejercicio siguiendo la secuencia básica (excepto los pasos 1, 2 y 5).
3) Tumbados boca arriba, las manos sobre el vientre y las piernas flexionadas (plantas de los pies apoyadas en el colchón) inclinamos las piernas juntas hacia la derecha y luego hacia la izquierda. Comprobamos qué dirección es más fácil y realizamos la secuencia básica hacia ese lado.
4) Tumbados boca abajo, con la cabeza girada hacia un lado y la frente apoyada sobre las manos, flexionamos la pierna del lado hacia donde tenemos girada la cabeza e intentamos que nuestra rodilla llegue a tocar el codo. Giramos la cabeza hacia el otro lado y flexionando la pierna de ese lado intentamos que nuestra rodilla llegue a tocar el codo. Comprobamos qué pierna llega más cerca del codo y realizamos la secuencia básica. (Es importante que la cabeza esté girada hacia el lado de la pierna con la que se efectúa el ejercicio).
5) Sentados en el borde de la cama, apoyando sólo los glúteos y con la espalda recta, cruzamos las manos detrás de la cabeza y giramos el tronco hacia la derecha y luego hacia la izquierda. Comprobamos qué dirección es más fácil y realizamos la secuencia básica. La fase de relajación debe hacerse con el cuerpo girado, sin volver rápido a la posición de partida. Descansamos un segundo y volvemos a la posición de partida. Los pulmones se llenarán de aire.

Ejercicios de Sotai
Ejercicios de Sotai

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